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NYCB (parte 1) - Historia



El ballet de la ciudad de Nueva York, también conocido como New York City Ballet, es una de las compañías más mágicas, con una gran historia y diferenciación en el mundo de la danza. Esta compañía nace gracias a dos grandes figuras como son Lincoln Kirstein y George Balanchine.


Kirstein, hijo de un gran propietario de los grandes almacenes de Filene en Boston y graduado en la universidad de Hardvard, creó la revista Hound & Horn. Amante del arte, en ella publicó un tributo a Serge Diaghilev.

Balanchine, en su momento, era un bailarín exiliado de Rusia y que, debido a una grave lesión, tenía un futuro bastante complicado tras la caída de Les Ballets 1933. Era normal que en esa época, la Rusia pos revolucionaria, él, que era anticomunista, como otros bailarines, exiliasen hacia occidente.

Su primer encuentro fue en 1933, en Europa, dónde Kirstein había estado trabajando con Romola Nijinsky en la biografía de su esposo. Un famoso compositor le propuso trabajar con Balanchine. El editor calificó a Balanchine "intenso, concentrado y desinteresado". También creyó que"no estaba desesperado, exactamente, pero sí sin esperanza". Esa misma semana, se publicó en un periódico que Balanchine siempre había querido trabajar en América, incluso antes de exiliar de Rusia. Kirstein decidió esperar unos días para proponerle trabajar juntos.

En ese momento, no consideró que hubiera ningún tipo de obstáculo para comenzar un proyecto, de manera que unió los recursos que mantenían algunos amigos y comenzaron su primer trabajo juntos. Crearon la escuela americana de ballet ( The School of American Ballet) en la Avenida Madison Calle 59. Una curiosidad es que en ese mismo local trabajó también Isadora Duncan.

Lincoln Kirstein (izquierda) y George Balanchine (derecha).


Para fundar lo que ahora se conoce como New York City Ballet, hizo falta que durante doce años fueran creando pequeños grupos de baile y los llevaran por Europa para darse a conocer. Ya en el 41, Balanchine ya había formado personalmente a su primera bailarina, llamada Marie-Jeanne, y había creado para ella el Concierto neoclásico Barocco de Bach y el tradicional Ballet Imperial (más tarde renombrada Tchaikovsky Piano Concerto No. 2). También, realizó ballets basados en Broadway, pero sus coreografías no tuvieron mucho éxito, además que fracasaron tras intentar crear, junto a Kirstein, una compañía seria de danza residente en el Metropolitan Opera.

Del 41 al 45, no realizó ninguna producción, ya que era pleno periodo de guerra. Pero, una vez finalizado, creó muchos ballets algunos de ellos para la compañía recién formada American Ballet Theatre Theme and Variations, Symphony in C , para la Ópera de París.

La nueva compañía se llamaba Ballet Society, pero no tenía teatro permanente. Creó para ella su trabajo más moderno The Four Temperaments. Un día representaron en City Center, un antiguo templo de Shriners, y allí su director quedó impactado con su ballet Orfeo e invitó a la compañía a que cambiara de nombre y quedara allí como compañía residente.

David H. Koch Theater, teatro oficial de la compañía.


Durante la etapa de ambos como directores de la compañía, fue muy importante un aspecto: su residencia allí. Se unieron las fuerzas y ganas de Kirstein con el afán de renovación de los clásicos y de crear un ballet americano de Balanchine. Llevó mucho tiempo que los ballets de Balanchine fueran aceptados entre la audiencia. Algunos críticos calificaban a sus ballets de "sosos y sin trama". Acontecimientos importantes como la llegada del Sadler's Wells ( ahora Royal Ballet) con Margot Fonteyn y su interpretación el La bella durmiente,o el primer éxito real de City Ballet que fue tras la reelaboración de Balanchine del Pájaro de fuego del Stravinsky y Fokine , con la que Diaghilev y sus Ballets Russes electrificaron París en 1910.


Mikhail Baryshnikov con el New York City Ballet en Apollo.


En el 1954 llegó El Cascanueces, con casi 80 000 dólares de presupuesto, el doble de lo previsto. Fue un gran éxito y hasta hoy sigue siendo una de las producciones favoritas de la audiencia.

En 1957 vino Agon, la colaboración más grande de Balanchine-Stravinsky después de Apolo. Tuvo una gran aceptación en el público.

Durante el desarrollo de la compañía, no solo contaron con las coreografías de Balanchine, un gran portador fue Jerome Robbins. Creó para la comañía Dances at a Gathering, coreografía que triunfó en el momento y produjo otra etapa de éxito para el NYCB.

En el 72, se realizó el Festival Stravinsky en conmemoración el primer aniversario de la muerte del compositor que tantas melodías que creó sonaron en las coreografías de Balanchine. Sin duda, fue el compositor que Balanchine más admiraba, era su principal fuente de inspiración.

Peter Martins, actual director artístico de la compañía, fue y es también una pieza fundamental en la historia de este ballet. Ha creado numerosas versiones de ballets como es Romeo y Julieta o El lago de los cisnes. Gracias a él, también se han producido numerosos festivales que han otorgado una mayor categoría al NYCB.


A partir de ese año, han habido muchos más festivales, nuevas creaciones y éxitos, pero no ha habido ningún acontecimiento decisivo en la historia del NYCB. No ha sido tampoco necesario, ya que la compañía se afianzó y se consolidó en la sociedad americana. En el mundo del ballet, es una de las compañías más reconocidas, gracias a su particular repertorio, sus bailarines y sus producciones.



New York City Ballet

En el próximo post, hablaremos acerca del repertorio que actualmente se baila en la compañía y de algunas peculiaridades que hay en él.





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